LAMFOGRAM


Reflejos Menores del Mercado: Pezzella, Lerma y los Peones de la Mesa
Mientras los focos se centran en las grandes figuras, el mercado de LAMFO se nutre de movimientos que, aunque menos ruidosos, alteran el equilibrio. Germán Pezzella cruza la frontera divisional para sumarse a un Leandro Belarde que busca blindarse desde el fondo; Justin Lerma, con apenas 17 años y la impronta de los talentos que emigran demasiado pronto, arriba para ser moldeado por Gonzalo Amorena. Y los managers —tan obsesionados con el ahora— ¿ven en estos nombres futuro o simple recambio?
En la trastienda de la gloria, los directores técnicos apuestan a refuerzos que desafían el statu quo. En la periferia de las portadas, se cocina el verdadero cambio. El fútbol, como la vida, a veces se decide en los movimientos discretos que pocos registran, pero todos sufren o disfrutan.
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¿Se va un caudillo o se apaga la defensa?
Estalló la bomba en el Nacional B: Marcos Cáceres cuelga los botines a los 39 años y deja al manager Rafael Selva con un agujero negro en su defensa. El central paraguayo, ese que parecía eterno cortando centros y sacando hasta el viento del área, se despidió sin hacer demasiado ruido, pero la noticia cayó como baldazo de agua helada en la categoría. ¿Podrá Selva encontrar un reemplazo con esa experiencia o el equipo se transforma ahora en un colador?
Desde mi rincón en Lugano, me pregunto qué pasa con los managers cuando el vestuario pierde a su voz de mando natural. Cáceres se va y con él desaparecen los gritos de orden y la marca pegajosa que todos odiaban enfrentar. Ojo con la próxima temporada, porque las promesas de internet no tapan los huecos que deja un zaguero de raza. Esta retirada huele a “problema a la vista, Señores Managers”.
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La última frontera de la experiencia
Federico Rasmussen ha cambiado de escudo y destino, dejando atrás la seguridad de Estudiantes (SL) para abrazar el desafío de una nueva zaga. No es sólo una transferencia de un defensor central, es la migración de una mentalidad. A sus 33 años, con pasaporte danés y argentino, Rasmussen representa la encarnación de aquel pensamiento valdanista: "El fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes". Sin estridencias ni flashes, su llegada a Ctral Cordoba (SE) encierra una advertencia poética hacia los managers: la experiencia no se mide en kilómetros recorridos, sino en cicatrices invisibles.
En el arte de la defensa, todo es pregunta y pocas son respuestas. ¿Apostar alto por la veteranía es la jugada de un manager dispuesto a desafiar al tiempo, o el síntoma de una falta de fe en la juventud? Lo cierto: el pase de Rasmussen, con cifra millonaria y a cambio de sangre fresca (Manuel Palavecino), abre un dilema existencial que recorrerá los vestuarios.
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El enigma de los que se van temprano
Luciano Pizarro no es el primero, ni será el último, en tomar el tren hacia el exterior cuando aún quedan cosas por decir aquí. Su partida desde Godoy Cruz huele a crónica repetida, la de un fútbol argentino que exporta antes de enamorar. Apenas 27 años y ya el éxodo: una transferencia que inquieta a los managers con aspiraciones, porque revela la fragilidad de los proyectos donde la pieza clave siempre parece querer otro horizonte.
El dinero es poco consuelo. Cuando el fútbol se vuelve mercancía, el hincha queda siempre al margen y el manager, en el limbo entre la planificación y la resignación. ¿Se puede construir identidad con un pie en Ezeiza?
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Pequeños gestos, grandes preguntas
En el fondo del mercado, la danza de nombres es incesante: Facundo De La Vega en busca de minutos frescos, Gastón Torres como lateral en rebeldía, Tomás Oneto en un viaje circular, y ese préstamo juvenil de Valentino Acuña que interpela al futuro mientras el presente se desangra. Cada pase, sin importar el monto, introduce una duda en el tablero de los managers: ¿asumir el riesgo de la promesa o refugiarse en lo conocido?
Se habla poco de los que llegan para jugarse todo por nada, como Oneto, que llega sin costo. Y se habla menos de quienes, como Acuña, dejan la gloria reciente en un club grande por minutos prestados. En cada nombre, un poema inconcluso. Y en cada manager, la responsabilidad de escribir el próximo verso.
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La guerra de los arqueros: ¿quién ganó?
¿Hay justicia en el mercado? El pase de Kevin Mier por 7 millones marca territorio en la liga. Gonzalo Amorena, manager experimentado, tiró toda la carne al asador y apostó a lo grande, pero ojo: para traer al colombiano tuvo que soltar a Facundo Cambeses. ¡Sí, intercambio de arquerazos! ¿Valió la pena? Mier demostró en Colombia que tiene manos de acero, pero Cambeses no se queda atrás y deja una vara altísima. Yo vi a Cambeses atajar penales en partidos imposibles, y todavía me pregunto si la movida no fue más de billetera que de fútbol.
Para los managers, la pregunta es obvia: ¿fichar por nombre o mirar el precio/calidad? El show del manager es saber cuándo soltar, pero aquí el que pierde la paciencia, pierde el puesto. Que lo anoten en el vestuario.
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Godoy Cruz: exportador serial y el efecto dominó
Omar Berutti se quedó sin plantel o sin ideas? En un abrir y cerrar de ojos, Facundo Altamira, Bryan Reyna y Thomas Galdames desaparecieron de su pizarra y terminaron en Chaco For Ever. El DT Alessandro Paraná se frota las manos, pero esto no es solo una cuestión de contratos: es una apuesta al todo por el todo en la categoría. Más de uno en el grupo de managers está cuchicheando que Berutti regaló talento y reforzó a un rival directo. ¿Es momento de cuidar el patrimonio o de hacerse el generoso?
Si el negocio era prestarlos, que alguien avise que regalar calidad sale caro. Los hinchas piden campeonatos, no balances prolijos. Así es el fútbol, y así se lo contamos a los que manejan el club desde una laptop.
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Mercado caliente: préstamos y apuestas peligrosas
Entre pases, préstamos y algún que otro trueque, el mercado se movió más que el VAR en la final del Mundial. Lautaro Selva, tras perder la categoría, reza porque Marcelo Esponda le devuelva la esperanza en el medio, mientras que Juan Manuel Munda apuesta fuerte con Jonathan Dellarossa y Gabriel Díaz para volver del infierno de la C. Y eso no es todo: de Banfield viaja sin cargo Tomás Nasif, un nueve con doble nacionalidad, a Estudiantes (LP), otro caído del cielo a Nacional B. Y para los que quieren defensores, San Telmo y Alvarado armaron un combo con Valentin Fenoglio, Tomás Rojas y Mateo Burdisso.
Conclusión explosiva: Hay managers que apuestan al presente y otros que juegan al Pep Guardiola de segunda. Si alguno remonta este barrilete, lo sacamos campeón del Excel y del FIFA, pero de la vida real... ahí te quiero ver, papá.
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